martes, 3 de mayo de 2022

Doña María Josefa Vergara y Hernández . Una mejor Ilustre


Por Fernando Suárez 

En la historia siempre han existido hombres y mujeres que han decidido encarnar en sus propias vidas la metáfora del buen samaritano, haciendo como código de vida el ayudar al próximo. En la ciudad de Querétaro no hubo excepción, existió una mujer que hoy su legado se presenta como un ejemplo de vida y de amor a sus semejantes. Me refiero a María Josefa Vergara y Hernández, ilustre mujer novohispana.

Desgraciadamente no se tiene mucha información respecto a su vida, tan sólo los datos que se tienen son referente a su vida adulta y particularmente a sus últimos deseos. Lo que se sabe es que nació el 07 de agosto de 1747, hija de Francisco Vergara y José María Hernández, quien se convirtió en hija única al fallecer su hermano mayor Francisco, por lo que según las fuentes fue la albacea universal de la herencia de sus padres, que al parecer contaba con una herencia bastante grande. 

Con trajo matrimonio muy joven con José Luis Frías, quien falleció el 10 de enero de 1798, cuando ella tenía 51 años de edad. Se convirtió en heredera universal y albacea también de los bienes de su finado esposo, esto debido a que no tuvieron hijos naturales, pero si muchos adoptados.

Entre los bienes que poseía se encontraban: la hacienda de Nuestra Señora de Buena Esperanza, y seis espacios de labores: El Blanco, San Vicente, El Coyote, Viborillas, La Ceja y Esperanza, y dos ranchos: Urecho y Cenizas, su riqueza ascendía a más de ochocientos mil pesos.

Nuestra benefactora decidió poner su riqueza al servicio de la comunidad por medio de las órdenes religiosas, conventos e instituciones tanto educativas como gubernamentales. A continuación mencionaremos algunas de sus beneficencias:

  • Una casa hospicio para mujeres y hombres impedidos para trabajar, así como a huérfanos, convirtiéndose en la primera obra de beneficencia en el año de 1809.
  • Una casa de recogidas, lugar para mujeres en clausura por penitencia, voluntad o forzadamente.
  • Un convento de enseñanza, así como cuatro escuelas para niñas, todas dentro de la ciudad de Querétaro.
  •  Un depósito de granos para que los pobres pudieran comprarlos a un precio especial.
  •  Realizó el pago del primer alumbrado público de las calles de la ciudad.
  •  Mando construir Hospitales provisionales.

Todas estas obras las financió con su herencia, y debido a su posición económica doña Josefa Vergara conocía y tenía una estrecha relación con Miguel Domínguez Trujillo, Corregidor de Querétaro, lo que facilitó que se pusieran en marcha.


Desgraciadamente Doña Josefa falleció en 1809 a la edad de 62 años. Luego de su muerte se conformó la fundación que llevó y lleva hasta el día de hoy su nombre Josefa Vergara, convirtiéndola en la institución de beneficencia más antigua de nuestra ciudad. El 24 de diciembre de 1992 por decreto oficial la fundación se transforma y queda constituida como Fundación Josefa Vergara y Hernández. Institución de Asistencia Privada a cargo de la Junta de Asistencia del Estado de Querétaro.

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