Por: Fernando Suárez González
Primera parte
El
15 de mayo es una fecha que todo mexicano debería de conocer, y no sólo porque es el día del maestro, que nos permite recordar y
agradecer a cada uno de los educadores sus enseñanzas que han estados presentes
el trascurso de nuestras vidas. Sino también porque es una fecha histórica que
puso a México en el mapa mundial, me refiero al 15 de mayo de 1867, fecha que
fue derrotado el ejército del Segundo Imperio Mexicano.
Imperialistas vs Republicanos
Después
de la gloriosa batalla de Puebla del 5 de mayo de 1862, el ejército liberal
nombrado ejército republicano no pudo hacerle frente a una segunda batalla en
Puebla en 1863, lo que llevo a una desintegración parcial del ejército. El
general francés Forey en su reporte militar comentaba: “Han caído en nuestro
poder 26 generales, 225 oficiales, 800 oficiales subalternos, 11 mil prisioneros.”
La sentencia contra los generales ya había sido pronunciada: el destierro, lo
que significaba estar muerto en vida. Es por eso que fue necesario escapar a
como diera lugar, entre los escapes más curiosos fue el de Porfirio Díaz quien
vestido de mujer salió caminando por las calles de Puebla.
La
marcha a la ciudad de México no generó mayor problema a los franceses, el 10 de
junio de ese mismo año ocuparon la capital del país. El presidente Benito
Juárez tuvo que emprender su huida y a la vez enseñarse a gobernar desde un
carruaje que no pararía hasta que triunfará o fuera derrotado. El 28 de mayo de
1864 desembarcó en el puerto de Veracruz el emperador Maximiliano de Habsburgo
junto con esposa Carlota quienes intentaron establecer el Segundo Imperio
Mexicano.
La
tarea no fue nada fácil, los republicanos a pesar de no contar con un ejército
regular en los primeros años del imperio, presentaron resistencia, su lucha se concentró
en forma de guerrillas. Las tropas de Porfirio Díaz en Oaxaca, Vicente Riva
Palacio (nieto de Vicente Guerrero) y Nicolás Romero en Michoacán, José María
Carvajal y José Méndez en Tamaulipas, Ramón Corona y Mariano Escobedo en el
noroeste del país, entre otros, fueron un gran dolor de cabeza a los
imperialistas. A esta época que abarca los años de 1865 y 1866 se le conocerá
como la resistencia de la Chinaca.
Querétaro como única opción
Para
el año de 1867, las tropas de Maximiliano habían sufrido varios golpes fuertes,
primero los franceses, desde el año pasado, habían comenzado a abandonar el país
por mandato de Napoleón III. Segundo; las fuertes pugnas entre los militares
mexicanos leales al Imperio eran más constantes, y tercero; los triunfos de los
republicanos que cada vez se hacían más frecuentes, hasta lograr conformar
nuevamente un ejército regular, el país comenzaba a colorearse de chinaca.
El
ejército imperial llegó a la ciudad el día 19 de febrero de 1867, con Maximiliano
a la cabeza dirigiendo un contingente aproximadamente de 10 mil soldados, su
estado mayor estuvo compuesto por los generales Leonardo Márquez (General en
Jefe), Miguel Miramón (Primera División de Infantería) Florencio del Castillo
(Segunda División), Tomás Mejía (Caballería), Ramón Méndez (Brigada de
Reserva), Reyes (Comandante de Ingenieros) y Ramírez Arellano (Jefe de
Artillería).
Por
su parte la División del Norte del ejército republicano dirigidos por el
general Mariano Escobedo contaba en ese momento con 8 mil soldados, esperando
que se sumen las fuerzas del Ejército del Centro dirigidos por Riva Palacio,
los “pintos” del estado de Guerrero, la caballería del general Jiménez, las
divisiones del inventado primer distrito del Estado de México, los novatos de
Toluca, las caballerías del general Puebla Jesús Lalanne, los sinaloenses y
jaliscienses de Ramón Corona y las brigadas de Michoacán dirigidas por el
general Regules.
Los
generales imperialistas comenzaron a debatir sobre cómo enfrentar al enemigo,
sobre todo porque tienen informes de que el ejército republicano dirigidos por
Escobedo se encuentra en San Miguel de Allende, mientras que las tropas de Ramón
Corona en Guadalajara. Las discusiones giraron entorno si deben permanecer en
Querétaro y hacer un plan de resistencia o salir a encontrarse con los
republicanos y así atacarlos por separados. No se logran poner de acuerdo,
Maximiliano como cabeza del ejército no tomó una decisión clara. Sin embargo,
por decreto el 27 de febrero Querétaro se convirtió en capital del Imperio.
Los
dados fueron echados, ya no hubo vuelta atrás, todo se jugara en la ciudad de
Querétaro.
Continuara…
Bibliografía
·
Taibo II, Pago Ignacio.
Patria T. 3, Ed. Planeta/ Brooket. México: 2017


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