viernes, 24 de junio de 2022

Santiago Apóstol, el patrono de dos mundos.

 


Por Fernando Suárez 

¿Sabías que la ciudad de Querétaro y España comparten el mismo santo patrono? Efectivamente, Santiago Apóstol es el santo de ambos lugares. En los siguientes párrafos te explicaré como se generó esta misma identidad religiosa.

Pero primero será necesario que conozcamos la historia de este apóstol. Su historia comienza en el año V en la ciudad de Betsaida (Jerusalén). Hijo de Zebedeo y de María Salomé, hermano de San Juan, y conocido como Santiago el Mayor, que junto con su hermano fueron parte de los doce discípulos de Jesús. Fueron elegidos cuando se encontraban pescando, en ese momento Jesús los llamó para que lo siguieran, juntos fueron conocidos como los hermanos trueno.

Fue un discípulo muy cercano a Jesús, inclusive estuvo presente en tres momentos cruciales en la vida de su maestro: transfiguración en el Monte Tabor (aparición de Elías y Moisés), la pesca milagrosa y la oración en el Huerto de los Olivos.

Al convertirse en apóstol del cristianismo, se tomó muy enserio el mandato de Jesús “Id y hacer discípulos por todo el mundo”, por lo cual Santiago decidió dirigirse a Galicia, provincia de Hispania (España), su peregrinación abarcó los territorios de Cádiz, Zaragoza y Granada. El resultado no fue el que esperaba ya que pocos recibieron su mensaje y se convirtieron al cristianismo.

Pero no todo estuvo perdido, en la ciudad de Zaragoza tuvo una visión en donde se le apareció la Reina de los cielos y le dio un mensaje “Santiago, el señor ha escuchado tus quejas y tu oración. No temáis, continua firme y valiente anunciando la verdad de tu doctrina”. Después de tener esta visión, el apóstol decidió construir un templo en esta ciudad y dedicárselo a María del Pilar (hoy conocida como Catedral-Basílica de Nuestra Señora del Pilar).

Motivado por cuestiones familiares, Santiago decide regresar a Jerusalén a visitar a su familia, en esos momentos se encontraba gobernado por Herodes de Agripa, rey de los judíos, y enemigo acérrimo de los cristianos, por lo cual al enterarse de la presencia de Santiago lo mandó aprehender. Después de realizar un juicio, fue condenado a muerte por decapitación, muriendo en el año 44. Sus restos fueron trasladados por sus discípulos al templo que años atrás él había construido, los cuales siguen descansando hasta el día de hoy.

Después de haber descrito brevemente su biografía, ahora explicaremos en qué momento se erigió como santo patrono de la península ibérica.


¿Cómo Santiago Apóstol se convierte en el patrón de España?

En primer lugar, debido a su construcción de la Capilla de la Señora del Pilar, una de los primeros templos católicos en España. En segundo, se relaciona su figura con la reconquista, recordemos que una parte de la península Ibérica había sido conquistada por árabes, sobre todo la zona de Granada, donde el día de hoy la arquitectura muestra este pasado.

La imagen de Santiago comenzó a mostrarse como un guerrero, vestido en forma caballeresca, espada en mano y montando un hermoso corcel. Pero el momento en que se erige como el gran salvador de la región tiene su origen en la batalla de Clavijo en el año 844, donde la imaginación más que los datos históricos jugó un papel definitorio en la posterioridad para convertirla en parte del folklor y de la historia española. En esta “supuesta” batalla se enfrentaron el rey Ramiro I de Asturias y el emir de Córdoba, el primero estaba cansado de los tributos que le imponía el emir, por lo que decidió enfrentarlo, sin embargo, las tropas árabes los superaban en número por lo que fue necesario refugiarse en el castillo de Clavijo, inmediatamente fueron rodeados, la derrota y la muerte estaba a nada de que ocurriera. Pero esa noche el rey Ramiro tuvo un sueño donde se aparecía el Apóstol Santiago asegurando su presencia en la batalla y así la victoria.

Al día siguiente los soldados españoles observaron la presencia del Santo en el monte, lo que les provocó seguridad y confianza y por supuesto el triunfo. Como consecuencia el rey Ramiro mandó construir por toda la zona templos dedicados al apóstol Santiago. Pero no paro ahí, según la tradición, mando hacer un voto donde comprometía a todos los cristianos de la península a peregrinar a Santiago de Compostela portando ofrendas como agradecimiento al nuevo santo guerrero.


Querétaro y su batalla de “Clavijo”

¿Es posible comparar la batalla de Clavijo con la de Sangremal? Para responder a esta pregunta es necesario que primero describamos la batalla del cerro de Sangremal (hoy el templo de la Cruz) y que fue la causa de la pacificación de la región de Querétaro. Cabe aclarar que también partimos de una leyenda al igual que la batalla que se describió arriba.

En el mes de julio de 1531 se enfrentaron dos ejércitos compuestos por otomíes y españoles. Las crónicas cuentan que la zona había sido muy difícil de pacificar, es por eso que esa batalla era decisiva. Al parecer los otomíes iban ganando terreno a los conquistadores, cuando de repente un eclipse oscurece todo y emerge en la parte superior del cerro la figura del apóstol Santiago, al igual que la batalla de Clavijo. Al ver dicha escena tanto los españoles como los indígenas se postraron, acto seguido estos últimos decidieron aceptar el cristianismo y el  dominio español. Debido a este acontecimiento la ciudad fue nombrada Santiago de Querétaro. Nombre que sigue teniendo hasta nuestros días.

Las dos crónicas son muy similares, no sólo por que comparten el mismo santo, sino que parten de las mismas circunstancias sus narraciones, los españoles a punto de ser derrotaros consiguen ayuda divina que les permite el triunfo. No pondremos en tela de juicio las dos crónicas, ya que tienen un papel muy importante en el imaginario colectivo tanto en España como en la ciudad de Querétaro. Lo importante es que descubramos las historias que compartimos con otros pueblos, y así nutrir más nuestra historia y nuestra identidad.

 

 

martes, 3 de mayo de 2022

Doña María Josefa Vergara y Hernández . Una mejor Ilustre


Por Fernando Suárez 

En la historia siempre han existido hombres y mujeres que han decidido encarnar en sus propias vidas la metáfora del buen samaritano, haciendo como código de vida el ayudar al próximo. En la ciudad de Querétaro no hubo excepción, existió una mujer que hoy su legado se presenta como un ejemplo de vida y de amor a sus semejantes. Me refiero a María Josefa Vergara y Hernández, ilustre mujer novohispana.

Desgraciadamente no se tiene mucha información respecto a su vida, tan sólo los datos que se tienen son referente a su vida adulta y particularmente a sus últimos deseos. Lo que se sabe es que nació el 07 de agosto de 1747, hija de Francisco Vergara y José María Hernández, quien se convirtió en hija única al fallecer su hermano mayor Francisco, por lo que según las fuentes fue la albacea universal de la herencia de sus padres, que al parecer contaba con una herencia bastante grande. 

Con trajo matrimonio muy joven con José Luis Frías, quien falleció el 10 de enero de 1798, cuando ella tenía 51 años de edad. Se convirtió en heredera universal y albacea también de los bienes de su finado esposo, esto debido a que no tuvieron hijos naturales, pero si muchos adoptados.

Entre los bienes que poseía se encontraban: la hacienda de Nuestra Señora de Buena Esperanza, y seis espacios de labores: El Blanco, San Vicente, El Coyote, Viborillas, La Ceja y Esperanza, y dos ranchos: Urecho y Cenizas, su riqueza ascendía a más de ochocientos mil pesos.

Nuestra benefactora decidió poner su riqueza al servicio de la comunidad por medio de las órdenes religiosas, conventos e instituciones tanto educativas como gubernamentales. A continuación mencionaremos algunas de sus beneficencias:

  • Una casa hospicio para mujeres y hombres impedidos para trabajar, así como a huérfanos, convirtiéndose en la primera obra de beneficencia en el año de 1809.
  • Una casa de recogidas, lugar para mujeres en clausura por penitencia, voluntad o forzadamente.
  • Un convento de enseñanza, así como cuatro escuelas para niñas, todas dentro de la ciudad de Querétaro.
  •  Un depósito de granos para que los pobres pudieran comprarlos a un precio especial.
  •  Realizó el pago del primer alumbrado público de las calles de la ciudad.
  •  Mando construir Hospitales provisionales.

Todas estas obras las financió con su herencia, y debido a su posición económica doña Josefa Vergara conocía y tenía una estrecha relación con Miguel Domínguez Trujillo, Corregidor de Querétaro, lo que facilitó que se pusieran en marcha.


Desgraciadamente Doña Josefa falleció en 1809 a la edad de 62 años. Luego de su muerte se conformó la fundación que llevó y lleva hasta el día de hoy su nombre Josefa Vergara, convirtiéndola en la institución de beneficencia más antigua de nuestra ciudad. El 24 de diciembre de 1992 por decreto oficial la fundación se transforma y queda constituida como Fundación Josefa Vergara y Hernández. Institución de Asistencia Privada a cargo de la Junta de Asistencia del Estado de Querétaro.

viernes, 26 de noviembre de 2021

El sitio de Querétaro (Tercera parte)

 

Rendición de Maximiliano frente a Escobedo 

Por Fernando Suárez 

La guerra entre republicanos e imperialistas se había mantenido de cierta manera equilibrada, logrando triunfos en ambos ejércitos. Sin embargo, en el mes de abril a los sitiadores les sonreirá la suerte. Por un lado, el ejército dirigido por el general Mariano Escobedo sigue controlando las principales salidas y el tráfico de víveres, así como la incorporación de más efectivos.

Por su parte, Maximiliano y su ejército se encuentran en varias situaciones, la primera; en desamparo, debido a que los refuerzos que esperaban por parte del general Leonardo Márquez no aparecen y no aparecerán, debido a que fue derrotado por las tropas del general Porfirio Díaz en las cercanías a Puebla el 2 de abril. Segundo; el horror, debido a que comenzaron a escasear el alimento y las condiciones se hacían cada vez más inhumanas, esto incluía a la población queretana.

Por lo cual se llevó a cabo una conferencia de tregua entre los dos bandos, representados por el general Sostenes Rocha (republicano) y el general Miguel Miramón (imperial). La propuesta de Escobedo es sencilla: rendición incondicional y ofrecer la libertad de salir de México a Maximiliano. No se llegó a ningún acuerdo.

El 27 de abril se reanudaron los enfrentamientos, pero en esta ocasión quien comienza con los movimientos fueron los imperialistas. Ramón Méndez se movió con sus tropas hacia el cerro del Cimatario, y el general Florencio del Castillo hacia la garita de México. Los republicanos que serían sorprendidos organizan la defensa, Ramón Corona defenderá el Cimatario y Riva Palacio la hacienda de Callejas. Lo más importante de esta batalla, inclusive del triunfo parcial que tenían los imperiales, es que dejaron escapar una gran oportunidad de romper el cerco y a la vez huir por el camino hacia la Sierra Gorda. Al medio día las tropas republicanas lograron reorganizarse y vuelven a tomar posiciones de las zonas ganadas por parte de los imperiales. El costo en vidas fue: imperiales 460, republicanos 400.

El 01 de mayo se da otro enfrentamiento. Miramón organizó un ataque sobre la hacienda de Calleja y la garita de México, el ataque fue efectivo, los republicanos no tuvieron más opción que resistir. El 02 de mayo se realizó un segundo ataque imperialista. Miramón fue nuevamente el encargado, pero en esta ocasión el objetivo era romper el cerco en la línea del barrio de San Sebastián, el resultado es negativo ya que los republicanos lograron mantener el control de la zona.

Después de dos meses de sitio, las cosas no pintaban bien para los imperiales. Han dejado escapar la oportunidad de escapar, no tienen refuerzos, las condiciones cada vez son más precarias en el interior de la ciudad. Es así que el 14 de mayo se reunieron el alto mando imperial, apareciendo por primera vez el coronel Miguel López, quien apareció alado del emperador, inclusive en algunos momentos se secreteó con él.  

No se sabe muy bien lo que hayan platicado entre Maximiliano y el coronel López, pero sin lugar a dudas tuvo que haber sido sobre la posible rendición o bien alguna forma de poder terminar con el sitio. Esto se puede deducir por los acontecimientos del 14 de mayo, día en que Miguel López se entrevista con Mariano Escobedo en el Molino de San Antonio (actualmente Universidad Marista de Querétaro). El coronel se presentó como el interlocutor especial de Maximiliano proponiendo que se le permitiera al emperador salir con su ejército, y los custodiarán hasta Veracruz. El general republicano se negó rotundamente, poniendo sobre la mesa solamente una opción: rendición incondicional.

Es aquí cuando se especula sobre lo sucedido esa noche, algunos historiadores afirman que el coronel Miguel López habló a título personal, buscando su beneficio. Otros historiadores comentan que siempre actuó bajo las órdenes de Maximiliano. Pero ¿por qué la especulación? Debido a que el coronel imperial ofreció la toma de la ciudad, facilitándoles la entrada por la zona del concento de la Cruz.  

¿Una posible trampa? Escobedo se la jugó, por lo tanto designa a Francisco A. Vélez y a José Rincón Gallardo para que acudan a la cita. Todo ocurrió como se había pactado, la comitiva republicana se presentó las tres de la mañana, el coronel López ya los estaba esperando y les fue abriendo camino hasta el convento de la Cruz, las tropas imperiales que se encontraban en el camino fueron cayendo prisioneras. A las 5:30 Miramón se le comunico de los sucesos y decidió defender la plaza. La última resistencia se librará en el Cerro de las Campanas.

Tomás Mejía junto con 140 hombres llegaron al Cerro de las Campanas, comenzando así un bombardeo, pero cada vez era mayor el control de las tropas republicanas, que para eso momentos ya controlaban San Francisquito, San Gregorio, el convento de la Cruz y la Alameda. Por su parte Miguel Miramón había sido herido durante la resistencia y se encontraba siendo atendido en una casa particular donde posteriormente sería aprehendido.

Al no tener más forma de hacer frente a las tropas republicanas, el emperador Maximiliano decidió rendirse, entregando su espada en forma de rendición al general Mariano Escobedo. Inmediatamente fue apresado junto con Tomás Mejía, Castillo, el príncipe de Sam Sam y Pradillo, sumando la del general Miguel Miramón.  Los detenidos fueron custodiados por los generales Riva Palacio, Echegaray y Mirafuentes y llevados al convento de la Cruz.

Se inició el 24 de mayo un Consejo de Guerra en el teatro de la República (antes llamado teatro de Iturbide). Los delitos por los que se les acusa son: atenta contra la independencia y la seguridad de la nación, contra el derecho de gentes, contra la paz pública y el orden y las garantías individuales. Encontrando culpables a Maximiliano por 13 cargos, a Tomás Mejía por 6 y a Miguel Miramón por 7. La sentencia dictada fue pena de muerte por fusilamiento.

Cerro de las Campanas 

La sentencia se llevó a cabo el día 19 de junio de 1867, después de haberlos confesados y comulgados y de haberse despedido de sus seres queridos salieron escoltados del convento de Capuchinas, lugar donde permanecieron durante el juicio, dirigiéndolos a su último destino el Cerro de las Campanas. La esposa de Mejía acompañó el carruaje de su esposo, llevando en los brazos a su hijo y llorando desconsoladamente, inclusive se cuenta que tropezó y rodó por las calles con su hijo el cual nunca soltó, intentando acercarse para ver por última vez a su esposo.

Los tres sentenciados se colocaron frente al paredón, Maximiliano y Miramón entregaron monedas a los soldados del pelotón de fusilamiento como imponía la tradición. El aún emperador de México pronunció sus últimas palabras “En un día tan hermoso cómo éste quería morir”, hizo una pausa y dirigiéndose a Miramón le dijo “General, un valiente debe ser admirado hasta por los monarcas. Antes de morir quiero cederle el lugar de honor”, nuevamente haciendo una pausa se quitó y Miramón tomó su lugar. Posteriormente retomó la palabra “Voy a morir por una causa justa, la de la Independencia y Libertad de México. Que mi sangre selle las desgracias de mi nueva Patria. ¡Viva México!”. Eran las 7:05 de la mañana cuando el sonido del corazón de estos tres personajes se dejaba de escuchar y era sustituido por el grito ¡Muera el Imperio! ¡Viva la República!

Cadáver de Maximiliano 

De esta manera terminó un episodio sangriento en la historia de México, una lucha que había iniciado en 1858 como una guerra civil entre liberales y conservadores y que culminaba con el fusilamiento de un emperador austriaco que intentó gobernar México. He iniciaba a su vez otra etapa con la entrada triunfal del presidente Benito Juárez a la ciudad de México el 15 de julio de 1867, pero esa ya es otra historia.

Bibliografía

·         Garrido del Torral, Andrés, Guía histórica del sitio de Querétaro, Poder Ejecutivo del estado de Querétaro, México: 2017.

·         Hurtado Galves, José Martín, El cerro de las Campanas, Biblioteca Latinoamericana de Literatura Moderna, Querétaro: 2003.

·         Taibo II, Paco Ignacio, Patria T. III, Ed: Planeta, México: 2017.

 

viernes, 23 de julio de 2021

El sitio de Querétaro (Segunda parte)

 Por: Fernando Suárez 


Maximiliano de Habsburgo 

Segunda Parte

Mes de marzo

El sitio de Querétaro inicio históricamente el día 06 de marzo de 1867, cuando las tropas republicanas al mando del general Marino Escobedo rodearon la ciudad, en esos momentos sumaban 8 mil soldado, esta cifra se acrecentará con el paso de los días. En su interior se encontraban 10 mil soldados imperiales dirigidos por el emperador Maximiliano de Habsburgo, así como 40 mil habitantes que serán los que tendrán que vivir el horror de la guerra.

Antes de iniciar con la cronología de las batallas, es necesario que conozcamos el croquis del Querétaro de esa época, para poder ubicar los lugares en donde se enfrentaron los dos ejércitos y entender los movimientos que realizaron durante el desarrollo del conflicto.

La ciudad de Querétaro poco había cambiado al pasar los siglos, su crecimiento territorial había sido poco. Sólo contaba con tres entradas/salidas importantes: el camino hacia la ciudad de México, conocida como la Cuesta China ubicada en el sur-oriente de la ciudad, el camino de la Cañada que daba salida a la Sierra Gorda ubicada en la parte sur-este, y por último, el camino hacia Celaya ubicado en la parte nor-oeste de la ciudad, contaba con otros caminos pero de menor importancia.


Los límites de la ciudad eran los siguientes: por el norte/poniente se encontraba el Cerro de San Gregorio (hoy el Barrio de San Gregorio), por el este la hacienda de Carretas-Cuesta China, por el sur el Cerro del Cimatario, y por último en el oeste El Cerro de las Campanas. Su espacio territorial era realmente pequeño, fácil de poder sitiar sin tener que tener un ejército muy numeroso.

Después de esta breve descripción del espacio donde se desarrolló esta trama, pasaremos a mencionar las batallas más importantes de manera cronológica esperando poder proyectar al lector una idea de cómo fueron las batallas libradas entre estos dos ejércitos.

Como mencionamos anteriormente, el 06 de marzo inicia formalmente el sitio de la ciudad de Querétaro, cuando las tropas dirigidas por Marino Escobedo rodean y toman posesión de las entradas y salidas más importantes de la ciudad. En el sur de la ciudad (cerro del Cimatario) se concentraron las fuerzas del general Ramón Corona. En el camino hacia México las tropas de Francisco Paz cerrarán el cerco, mientras que los generales Guadarrama y Treviño cubrirán los caminos de Celaya y San Miguel de Allende. Por su parte Escobedo hizo la fábrica de Hércules su cuartel general (inmueble perteneciente a Cayetano Rubio), esperando el arribo de las tropas de Vicente Riva Palacio y así poder sumar más efectivos a su ejército.

Los republicanos fueron muy pacientes para iniciar el asedio a la ciudad, no tenían ninguna intención de acelerar el combate, a pesar de que el presidente Juárez había ordenado atacar lo más pronto posible. Por su parte los imperiales se encontraban desesperados, al no saber si aguantarían los embates o les llegarían refuerzos de la Ciudad de México.

Una de las primeras escaramuzas se libró el 10 de marzo, cuando las tropas imperiales dirigidas por Ramón Méndez realizaban un reconocimiento en San Pablo, cuando fueron sorprendidas por la columna del republicano Victoriano Cepeda. Este ataque se intensificó el día 12, cuando Escobedo ordenó ocupar dicho espacio y el cerro de San Gregorio, de esta manera controlaría la zona norte y oeste de la ciudad. El enfrentamiento dejó siete muertos.

El 14 de marzo se dio la primera batalla más sangrienta. A las 5:30 de la mañana los republicanos comenzaron a realizar movimientos en dos ejes. El primero; atacar por la zona de la Cuesta China y por la Garita de México teniendo como objetivo llegar al convento de la Cruz. El segundo; por la zona norte concretar la toma de San Pablo y San Gregorio y lograr descender hasta el barrio de San Sebastián. Mientras que una tercera fuerza atacaría por el suroeste, la zona del El Pueblito buscando llegar hasta Casa Blanca y la Alameda.

Tanto en el frente del sur como del suroeste los republicanos tuvieron éxito, las tropas lograron llegar hasta la hacienda de Carretas y lograron posicionarse en Casa Blanca y en el cementerio que se encontraba cerca del barrio de San Francisquito, inclusive las balas lograron llegar hasta el convento de la Cruz. Sin embargo, en el frente norte, los imperiales logran detener el avance.

Todo apuntaba a ser un gran triunfo republicano al menos en la zona sur y sureste, pero no contaban con la valentía de Miguel Miramón, quien logró detener el avance republicano en la Alameda. Después de horas de sangriento combate, a las siete de la tarde, el general Escobedo dio la orden de suspender los ataques. Las bajas fueron numerosas, por parte de los imperiales 600 soldados, mientras que del lado republicano 264. Este combate fue un triunfo parcial para los republicanos que lograron tomar mejor posición en la ciudad.  

23 de marzo por indicaciones de Maximiliano, Leonardo Márquez sale de la ciudad de Querétaro rumbo a la Ciudad de México en busca de refuerzo. Su salida se logró debido a que las tropas imperiales realizaron ataques señuelos para permitirle su salida, desgraciadamente para los imperialistas Márquez nunca más volverá a la ciudad de Querétaro. El ejército imperialista reducirá sus efectivos a 7,800, mientras que las tropas republicanas ascenderán a más de 25 mil debido a la llegada de Vicente Riva Palacio y otras tropas que se fueron incorporando.

La segunda batalla más sangrienta se dio el día 24 de marzo, justo un día después de la salida del general imperial. El ataque los comenzaron los republicanos por el lado suroeste, su objetivo consistía en descender del cero del Cimatario hacia Casa Blanca y lograr ahora si la toma de la Alameda. Los generales y coroneles involucrados en el ataque fueron: Riva Palacio, Juan N. Méndez, Ignacio Martínez, Carvajal y Rivera, todos dirigidos por Ramón Corona. Mientras que por el lado oeste la caballería del general Amado Guadarrama tomarían el camino a Celaya, Pueblito y San Juanico.


El combate comenzó a las 9 de mañana, las tropas republicanas descendieron del cerro del Cimatario, el primero de los generales imperiales en enfrentarlo fue Félix Salm Salm quien logró detener su embestida en la línea de la Alameda-Casa Blanca. Cuando estaban a punto de flaquear la columna imperial, Miguel Miramón organiza una contraofensiva y logra replegarlos al cerro del Cimatario. La planeación del ataque por parte de Escobedo estuvo llenó de errores, los cuales les costó el triunfo y 2 mil soldados. Por su parte los Imperiales celebrarán en la ciudad su primer gran triunfo.

Hasta el momento a pesar de las grandes diferencias numéricas y el desgaste que ocasiona el sitio, ambos ejércitos se encontraban empatados al menos en cuanto a las batallas más decisivas que se habían enfrentado. Por su parte la población queretana vivía escases de alimentos y agua.

Continuara……

Bibliografía       

·    Garrido del Torál, Andrés. Guía Histórica del sitio de Querétaro. Poder Ejecutivo del estado de Querétaro. Dirección Estatal de Archivos, México: 2017  

·         Taibo II, Pago Ignacio. Patria T. 3, Ed. Planeta/ Brooket. México: 2017

miércoles, 19 de mayo de 2021

El sitio de Querétaro (Primera Parte)

 Por: Fernando Suárez González 

Gral. Mariano Escobedo 

Primera parte 

El 15 de mayo es una fecha que todo mexicano debería de conocer, y no sólo porque es el día del maestro, que nos permite recordar y agradecer a cada uno de los educadores sus enseñanzas que han estados presentes el trascurso de nuestras vidas. Sino también porque es una fecha histórica que puso a México en el mapa mundial, me refiero al 15 de mayo de 1867, fecha que fue derrotado el ejército del Segundo Imperio Mexicano.

Imperialistas vs Republicanos 

Después de la gloriosa batalla de Puebla del 5 de mayo de 1862, el ejército liberal nombrado ejército republicano no pudo hacerle frente a una segunda batalla en Puebla en 1863, lo que llevo a una desintegración parcial del ejército. El general francés Forey en su reporte militar comentaba: “Han caído en nuestro poder 26 generales, 225 oficiales, 800 oficiales subalternos, 11 mil prisioneros.” La sentencia contra los generales ya había sido pronunciada: el destierro, lo que significaba estar muerto en vida. Es por eso que fue necesario escapar a como diera lugar, entre los escapes más curiosos fue el de Porfirio Díaz quien vestido de mujer salió caminando por las calles de Puebla.

La marcha a la ciudad de México no generó mayor problema a los franceses, el 10 de junio de ese mismo año ocuparon la capital del país. El presidente Benito Juárez tuvo que emprender su huida y a la vez enseñarse a gobernar desde un carruaje que no pararía hasta que triunfará o fuera derrotado. El 28 de mayo de 1864 desembarcó en el puerto de Veracruz el emperador Maximiliano de Habsburgo junto con esposa Carlota quienes intentaron establecer el Segundo Imperio Mexicano.

La tarea no fue nada fácil, los republicanos a pesar de no contar con un ejército regular en los primeros años del imperio, presentaron resistencia, su lucha se concentró en forma de guerrillas. Las tropas de Porfirio Díaz en Oaxaca, Vicente Riva Palacio (nieto de Vicente Guerrero) y Nicolás Romero en Michoacán, José María Carvajal y José Méndez en Tamaulipas, Ramón Corona y Mariano Escobedo en el noroeste del país, entre otros, fueron un gran dolor de cabeza a los imperialistas. A esta época que abarca los años de 1865 y 1866 se le conocerá como la resistencia de la Chinaca.

Querétaro como única opción

Para el año de 1867, las tropas de Maximiliano habían sufrido varios golpes fuertes, primero los franceses, desde el año pasado, habían comenzado a abandonar el país por mandato de Napoleón III. Segundo; las fuertes pugnas entre los militares mexicanos leales al Imperio eran más constantes, y tercero; los triunfos de los republicanos que cada vez se hacían más frecuentes, hasta lograr conformar nuevamente un ejército regular, el país comenzaba a colorearse de chinaca.

Plano de la ciudad de Querétaro 
A sabiendas de esto, el emperador Maximiliano decidió jugarse el todo por el todo pero en la ciudad de Querétaro. Una ciudad con una dimensión de unos 2.4 kilómetros de largo 1.2 de ancho, con 40 mil habitantes. Pero aquí surge dos preguntas ¿Por qué Maximiliano quiso convertir a la ciudad de Querétaro en su lugar de resistencia? Y ¿Por qué no permaneció en la ciudad de México? Estas preguntas se las realizó Mariano Escobedo quien fue el general encargado de organizar la batalla contra los imperialistas.

El ejército imperial llegó a la ciudad el día 19 de febrero de 1867, con Maximiliano a la cabeza dirigiendo un contingente aproximadamente de 10 mil soldados, su estado mayor estuvo compuesto por los generales Leonardo Márquez (General en Jefe), Miguel Miramón (Primera División de Infantería) Florencio del Castillo (Segunda División), Tomás Mejía (Caballería), Ramón Méndez (Brigada de Reserva), Reyes (Comandante de Ingenieros) y Ramírez Arellano (Jefe de Artillería).

Por su parte la División del Norte del ejército republicano dirigidos por el general Mariano Escobedo contaba en ese momento con 8 mil soldados, esperando que se sumen las fuerzas del Ejército del Centro dirigidos por Riva Palacio, los “pintos” del estado de Guerrero, la caballería del general Jiménez, las divisiones del inventado primer distrito del Estado de México, los novatos de Toluca, las caballerías del general Puebla Jesús Lalanne, los sinaloenses y jaliscienses de Ramón Corona y las brigadas de Michoacán dirigidas por el general Regules.

Los generales imperialistas comenzaron a debatir sobre cómo enfrentar al enemigo, sobre todo porque tienen informes de que el ejército republicano dirigidos por Escobedo se encuentra en San Miguel de Allende, mientras que las tropas de Ramón Corona en Guadalajara. Las discusiones giraron entorno si deben permanecer en Querétaro y hacer un plan de resistencia o salir a encontrarse con los republicanos y así atacarlos por separados. No se logran poner de acuerdo, Maximiliano como cabeza del ejército no tomó una decisión clara. Sin embargo, por decreto el 27 de febrero Querétaro se convirtió en capital del Imperio.

Los dados fueron echados, ya no hubo vuelta atrás, todo se jugara en la ciudad de Querétaro.  

Continuara…

Bibliografía

·         Taibo II, Pago Ignacio. Patria T. 3, Ed. Planeta/ Brooket. México: 2017

 

 

martes, 20 de abril de 2021

Epigmenio González. El primer armero de la Independencia. Un héroe olvidado

 

Por Fernando Suárez González 

Otro de los grandes héroes olvidados en la historia nacional es Epigmenio González, un personaje que le tocó ser inclusive olvidado en vida por la naciente patria por la cual dio su libertad. Paco Ignacio Taibo cuenta que cuando logró llegar a México del destierro al que fue forzado por las autoridades españolas, se acercó a las nuevas autoridades mexicanas. Estas le preguntaron ¿Y usted quién es? A lo que contestó “soy Epigmenio González, uno de los padres de la patria, el primer armero de la revolución”. A lo que le contestaron: “No, cómo va ser, la lista oficial es: Hidalgo, Allende, Aldama, Morelos… Para ser padre de la patria hay que morir de manera gloriosa y estar en la lista oficial, usted no está en la lista…”

Si bien este pasaje parece chistoso, lo que si esta verificado es que Epigmenio terminó sus días trabajado de velador en un museo en la ciudad de Guadalajara. ¿Pero cuáles fueron sus contribuciones al movimiento insurgente para que se le pueda considerar un héroe de la Independencia?

A continuación realizaremos una breve descripción biográfica, deteniéndonos en su participación en el movimiento de 1810 y las consecuencias que se generaron. A diferencia del escrito anterior, existe varios libros sobre la vida de Epigmenio González, inclusive unas memorias escritas por él, lo que nos permite conocer mejor a este personaje queretano.

Formación del caudillo

Su nombre completo es José María Ignacio Juan Nepomuceno Aparicio Epigmenio González Flores, para fines prácticos lo sintetizaremos en Epigmenio González. Nació el 22 de marzo de 1781 en la bella ciudad de Querétaro. A muy corta edad quedó huérfano de ambos padres, por lo que él y su hermano Emeterio tuvieron que valerse por sí mismo, pero lograron tener un chispazo de suerte debido a que doña María Correa Covarrubias, una viuda que contaba con recursos económico decidió emplearlos en su tienda para que la apoyaran con las ventas, posteriormente, ganándose la confianza de doña María, pasaron a ser administradores del negocio, inclusive se convirtieron en albaceas de sus bienes y herederos de una buena cantidad de dinero (16,751 pesos) y varias propiedades inmuebles.

A la edad de 20 años, nuestro personaje contrajo matrimonio con María Anastasia Juárez. Sin embargo, las desgracias iban a estar presentes en el transcurso de su vida, primero con la perdida de sus padres, y posteriormente la pedida de su esposa en 1808, tan sólo duró siete años casado.

Los Apatistas y su destierro.

En 1808, Epigmenio González fue invitado a participar en un grupo literario denominado los Apatistas, nombre que evocaba a una academia literaria del siglo XVI en Italia. Entre los integrantes se encontraba autoridades como Miguel Domínguez y su esposa doña Josefa Ortiz, sacerdotes como Miguel Hidalgo (que su integración al grupo sería años posteriores), militares como Ignacio Allende, Mariano Abasolo, comerciantes, profesionistas, artesanos, etc.

El objetivo era generar un espacio de arte y cultura, el mismo Epigmenio que era conocido como “Colado” escribió varios poemas, inclusive llegó a ser secretario del grupo. Sin embargo, las tertulias culturales comenzaron a tener otro giro, los integrantes ya no sólo se enfocaban a recitar poemas, sino también a discutir cuestiones políticas, inclusive a generar propuestas revolucionarias para terminar con los males que aquejaban a la sociedad novohispana. Es así que a partir de 1810 los integrantes pasan a ser conspiradores, proponiendo un levantamiento armado para el mes de octubre de ese año. El grupo les encomendó a los hermanos González junto con otras dos personas más la creación de cartuchos y el resguardo de las armas en sus casas, para su financiamiento los hermanos González decidieron tomar prestado un dinero que la viuda Correa Covarrubias les había dejado para que compararan joyas y las ofrecieran como ofrenda a la imagen de Jesús de Nazaret  que estaba en la iglesia de San Isidro, en la ciudad de Querétaro.

A pesar de lo planeado, la historia dio un giro diferente para Epigmenio y Emeterio. El día 13 de septiembre de 1810, varios miembros de la conspiración, principalmente Joaquín Arias, decidieron confesar todo ante las autoridades locales, por lo que se ordenó un cateo a la casa de los hermanos González, los encargados de cumplir la orden fueron Miguel Domínguez (uno de los integrantes de conspiración), Juan Fernando Domínguez e Ignacio García Rebollo.

El cateo se produjo en la noche, los encargados junto con 20 soldados más rodearon la casa de los hermanos González. En una primera revisión realizada por Miguel Domínguez la cual fue de manera superficial ya que el corregidor sabía perfectamente en donde estaban las armas y el taller donde las estaban elaborando los cartuchos. Sin embargo, Ignacio García no estaba del todo satisfecho por lo que solicitó un segundo cateo pero más minucioso. Al momento de mover unas pajas encontraron una puerta de donde emanaba una luz, cuando entraron en su interior estaba una persona haciendo cartuchos de pólvora, y a la vez existían decenas de cajas del material explosivo.

De inmediato fueron apresados los dos hermanos González y las demás personas que se encontraban en la vivienda. Para Epigmenio González apenas comenzaba el infierno, durante su reclusión en Querétaro su hermano Emeterio falleció, mientras que él fue trasladado a la cárcel de San Diego en Acapulco en donde permaneció hasta 1817. Finalmente las autoridades virreinales decidieron desterrarlo mandándolo a purgar su condena a la prisión de Manila, Filipinas, en donde estuvo preso hasta 1837, a pesar de que México se había independizado.  

Al principio de su estancia en Filipinas la vida de Epigmenio se deterioró, no contaba con los recursos para poder alimentarse bien, por lo que tuvo que desempeñar diferentes oficios entre ellos el de escribano, lo que le permitió en un momento gozar de buena reputación en la cárcel, inclusive logró aprender el tálago lengua que predominaba en Filipinas.

Su retorno 

En 1837, España decidió otorgarle la libertad a nuestro héroe, sin embargo, no contaba con recursos para poder pagar su regreso a su patria, por lo que tuvo que trabajar en un bar en la isla por un tiempo, de esta manera en 1840 logró por fin llegar a México. Sin recursos, sin reconocimiento y sin familia, decidió vivir en Guadalajara obteniendo un empleo de velador de un museo.

Empero, no todo fue desgracia, un periodista al enterarse de la existencia de Epigmenio González decidió realizar un reportaje por lo que se entrevistó con nuestro personaje dando como resultado sus memorias, a la vez que le fue otorgada una pensión de 1,200 pesos anuales por parte del gobierno. Con el salario de su trabajo y con la pensión, Epigmenio logró en 1851 junta un dinero y pagar la deuda que había adquirido antes de ser aprehendido.

Nuestro personaje y héroe murió a la edad de 77 años, viendo por última vez la luz el día 19 de julio de 1858. Sus restos descansan en el patio de los Hombres Ilustres que se encuentran en la ciudad de Querétaro. Es cierto que su vida estuvo lleno de desagracias, pero él nunca se dejó abatir por ellas, al contrario las enfrentó con valentía y tenacidad, nunca a pesar de las torturas del que fue presa denunció a algún compañero, honesto y horrado hasta el último día de su vida como lo demuestra el pago de la deuda que tenía con la señora Correa. Es por eso que vale la pena recordarlo y darle el reconocimiento que se merece.

 Bibliografía

·         Hurtado Galves, José Martín. Epigmenio González e Ignacio Pérez, héroes queretanos de la Independencia. Estudio biográfico y crítico. Fondo Editorial de Querétaro. México: 2016.

·         ___________. La conspiración de Querétaro en 1810. SNTE. México: 2016.

·         Taibo II, Paco Ignacio. El cura Hidalgo y sus amigos, 55 viñetas de la guerra de Independencias. Booket.  México: 2011

·         Reyes Bustos, Jesús. Epigmenio González. Circunstancias, Gobierno del Estado de Querétaro. México: 2013.

jueves, 18 de marzo de 2021

Ignacio Pérez “el mensajero de la libertad”. Un héroe Olvidado

 

Por Fernando Suárez 


El pasado histórico está construido por miles de personas que dieron su vida para construir un mejor presente en su momento y a la vez un futuro más justo para las nuevas generaciones. Sin embargo, no todos los héroes aparecen en la historia oficial. Muchos de estos hombres y mujeres han quedado fuera de la memoria histórica nacional.

Es por eso que la historia de esta semana se la dedicó a Ignacio Pérez, un personaje que si bien tiene un monumento en la ciudad de Querétaro así como una calle que lleva su nombre, lamentablemente ha ido quedando en el olvidado. En una encuesta que se realizó como ejercicio de opinión donde participaron 80 personas, se les mostró la imagen del monumento y se les preguntó si conocían al personaje el 65% de los encuestados respondió negativamente. Además hay que sumarle la poca o casi nula bibliografía en torno a él.

Es por eso que en la siguiente historia tiene como objetivo conocer algunos datos históricos de nuestro personaje y rescatar su participación en el movimiento conspiratorio de 1810 realizado en la ciudad de Querétaro. Quiero agradecer el apoyo del doctor José Martín Hurtado Galves por proporcionarme su obra Epigmenio González e Ignacio Pérez, héroes de la Independencia. Estudio biográfico y crítico, que gracias a su escrito se logró completar este artículo. 

Datos biográficos

Su nombre completo era José Ignacio Pérez Álvarez, nació entre el 12 o 14 de noviembre de 1786 (no se tiene la fecha exacta de su nacimiento, pero si su fecha de bautizo). Oriundo de la Ciudad de Querétaro, pero al parecer de padres españoles, quienes no lo criaron, esta empresa estuvo a cargo de sus padrinos los señores Francisco Pérez (posiblemente su tío) y Ignacia Anguiano, como lo descubrió el doctor José Martín Hurtado Gálvez en documentos oficiales y que están disponibles en la obra citada anteriormente.

No se tiene información de su infancia y juventud de nuestro héroe, sino hasta 1810 cuando la conspiración es descubierta y realizó su gran aportación como mensajero. Se sabe que fue el alcalde de la cárcel de la ciudad, la cual se encontraba en el interior del palacio de gobierno, hoy llamada la casa de la Corregidora, porque ahí residían doña Josefa Ortiz y su familia.

El trabajo de un alcalde de prisión consistía en ser la persona encargada de mantener el orden, reportar las condiciones en que se vivía en su interior y a la vez solicitar recursos para su mantenimiento.

El mensajero de la libertad

¿Cómo sucedieron los acontecimientos en la noche del 13 de septiembre de 1810 y que han permitido que a nuestro personaje se le conozca como “el mensajero de la libertad”?

A continuación numeraremos la participación de nuestro personaje y su importancia.

Primero: iniciaremos por mencionar que la participación de Ignacio Pérez no sólo se limitó a ser el portador del mensaje, sino que participó en las reuniones conspiratorias disfrazadas de tertulias los cuales se hacían llamar “Sociedad Cultural de los Apartistas”.

Segundo: la Corregidora e Ignacio Pérez ya tenían convenido una señal por si las cosas salían mal, en este caso era tres golpes. Cosa que sucedió el 13 de septiembre de 1810, cuando la conspiración fue descubierta. Tradicionalmente se cree que los golpes fueron zapatazos, debido a que la habitación del alcalde se encontraba debajo de la habitación de los corregidores. Sin embargo, las evidencias demuestran que la habitación de nuestro héroe se encontraba alado de la habitación de doña Josefa Ortiz, por lo cual los golpes fueron a un costado en una pared.

Tercero: después de darle el mensaje, nuestro personaje inmediatamente se dirigió a San Miguel el Grande, población que actualmente se encuentra a 42 kilómetros de distancia de la ciudad de Querétaro, donde creía que se encontraba Ignacio Allende. Después de cabalgar por una noche y un día logró llegar a su destino en la madrugada del 15 de septiembre, pero para su mala suerte sólo encontró en dicho lugar Juan Aldama, por lo cual juntos (seguramente por presión de Ignacio Pérez) decidieron marchar a Dolores donde se encontraba tanto Miguel Hidalgo como Ignacio Allende.

Gracias a la tenacidad y terquedad de nuestro personaje los principales líderes de la conspiración no fueron apresados, pero sobre todo decidieron iniciar el movimiento insurgente el 15 de septiembre que concluiría con la Independencia de México en 1821.

Después del mensaje

El historiador Alejandro Villaseñor afirma que Ignacio Pérez después de los sucesos del 15 de septiembre, marchó junto con Hidalgo y Allende a las batallas. Sin embargo, el doctor José Martín Hurtado encontró información sobre su proceder después del mensaje. En primer lugar, nuestro personaje regresó a la ciudad de Querétaro y vivió en ella al menos de 1811 a 1812, esto lo comprueba una venta de una propiedad inmueble que realizó, así como la compra de tabaco.

En segundo lugar, a diferencia de otros conspiradores, Pérez no fue aprendido, si bien le quitaron su puesto de trabajo, sólo fue por un tiempo ya que para el año de 1826 aparece nuevamente como alcalde de la cárcel.

En tercer lugar, al parecer no tuvo necesidad o vivió de forma marginal, pese a  su salario que era de 91.2 reales anuales. Para darnos una idea el doctor Hurtado realizó una comparación salarial, por ejemplo: el gobernador ganaba $2,500 reales, un potrero de hacienda $400 y un mozo $250. A pesar de su salario bajo, logró tener posesiones inmuebles, incluso comprar productos para comercializarlos, aunque no se sabe cómo obtuvo el dinero para poder realizar estas acciones ya que implicaba una buena inversión.

Nuestro personaje, a diferencia de otros caudillos, solicitó una pensión en 1831 por sus acciones en el movimiento insurgente, la cual fue concedida en 1834 por la cámara legislativa. No se cuenta con más información de él sino hasta su deceso el 18 de septiembre de 1846, falleciendo a la edad de 60 años a causa de un dolor en el pecho y pulmón. De esta manera termina la vida de un personaje que su participación fue vital para la insurgencia pero que posteriormente tendrá una vida común, pero no por eso lo debemos dejar en el olvido.

Bibliografía

  • Frías, Valentín. Leyendas y tradiciones queretanas, Biblioteca Frías, México:                 1989.
  • Garrido del Toral, Andrés. Episodios queretanos. CDE del PRI, México: 1998.
  • Hurtado Galves, José Martín. Epigmenio González e Ignacio Pérez, héroes queretanos de la Independencia. Estudio biográfico y crítico. Fondo Editorial de Querétaro. México: 2016.
  • Riva Palacio, Vicente (coord.). México a través de los siglos T. III. México: 1884.
  • Villaseñor y Villaseñor, Alejandro. Biografía de los héroes y caudillos de la Independencia. Imprenta de “El Tiempo”, México: 1910. 


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